Nos hemos propuesto diseñar políticas específicas y proactivas de prevención, mejora y colaboración para mitigar el impacto que tienen nuestras operaciones en los ecosistemas y recuperar las zonas más vulnerables. El 90% de ellas deberán entrar en acción durante los primeros 5 años tras su aprobación.
Tomamos medidas para prevenir y mitigar los impactos potenciales de nuestros trabajos, realizando una revisión anual de nuestras operaciones cuando estas se desarrollan en zonas que tienen importancia cultural, albergan especies protegidas, o tienen un valor biológico, geográfico o social excepcional.
Durante el desarrollo de nuevos proyectos realizamos una evaluación exhaustiva para determinar si las actividades planificadas podrían afectar a áreas protegidas, en cuyo caso se analizan los posibles impactos y se buscan alternativas que puedan evitarlos, minimizarlos, mitigarlos o compensarlos.
Cada proyecto se diseña en riguroso respeto de la legislación de aplicación en cuanto a la protección del medio natural, incluyendo la protección de las especies que se puedan encontrar en situación de vulnerabilidad o protección, así como el seguimiento de las pautas indicadas por las autoridades competentes.
No emprendemos nuevas actividades de exploración o producción de petróleo y gas dentro de los límites de los lugares inscritos en el Patrimonio Mundial de la UNESCO; y dentro de los límites de las Reservas Naturales Estrictas o Áreas Silvestres.
Nos comprometemos a lograr un impacto neto positivo (NPI) en la biodiversidad con nuestros nuevos proyectos. Para ello trabajamos y evaluamos la metodología propuesta con Fauna & Flora International (FFI).
Conservaremos y restauraremos la biodiversidad en torno a nuestros principales centros de explotación, así como apoyaremos el uso sostenible de los recursos naturales.