El agua es uno de los recursos naturales más importantes del planeta y una de las materias estratégicas que sostienen nuestra actividad. Por eso bp se ha comprometido a revisar todas sus políticas y a replantear el enfoque manejado hasta el momento, para reducir el impacto sobre el bien hídrico y garantizar su futuro.
Para ello nos hemos fijado dos objetivos: mejorar la eficiencia del uso operativo del agua dulce y la gestión de efluentes, y ccolaborar para exprimir las oportunidades más claras en materia de reposición de agua en las cuencas hidrográficas escasas en las que operamos.
En bp ya hemos comenzado a analizar y depurar la gestión que hacemos del agua, desarrollando una metodología y un enfoque que pretende mejorar la eficiencia de su consumo.
Estamos ejecutando evaluaciones detalladas en instalaciones seleccionadas para identificar las áreas de mejora sobre las que se irá trabajando a nivel global durante los próximos años. Es algo de lo que Omán y Castellón ya se están beneficiando.
Para encontrar esos márgenes de mejora en el consumo de agua, en bp estamos reconsiderando colaboraciones antiguas y planteando otras nuevas. Queremos medir el impacto de estas decisiones aplicando el conocido como balance volumétrico de beneficios del agua (VWB), creado por WRI. Ya hemos revaluado actividades, identificado enclaves operativos estresados y cuencas hidrográficas presionadas en las que se requiere inversión, así como consultado con potenciales socios.
La refinería de Castellón consume más de 4.000 m3 de agua al año. Por eso en bp España nos tomamos muy en serio la gestión hidráulica, con programas de prevención, infraestructuras de control y todo tipo de políticas sostenibles.
La última medida de calado ha sido la consolidación del proyecto de utilización de agua osmotizada como agua de reposición en las torres de refrigeración. Solo esto nos permite minimizar la necesidad de purgas y reducir tanto el consumo de agua como la generación de efluente.