La edición de 2019 del Energy Outlook de bp explora las principales fuerzas e incertidumbres que podrían afectar a los mercados energéticos mundiales hasta 2040.
El mundo se enfrenta a un doble desafío representando por la necesidad de producir más energía para respaldar el crecimiento económico mundial y el incremento de la prosperidad, a la vez que existe la necesidad de impulsar una transición más rápida hacia un futuro con menos emisiones de carbono.
El informe, además, considera una serie de cuestiones clave, como el posible impacto de una escalada en las disputas comerciales y las implicaciones de un ajuste significativo en la regulación de los plásticos.
Gran parte de la narrativa expuesta en el Outlook se basa en el escenario “Evolving Transition”. Este escenario, y los otros considerados en el informe, no son predicciones, sino que exploran las posibles implicaciones de diferentes juicios y premisas.
Su escenario base ('Evolving Transition'), el cual asume que las políticas gubernamentales, las tecnologías y las preferencias sociales evolucionan de manera y velocidad similares al pasado reciente, propone:
Más allá del Escenario base (Evolving Transition) el informe considera una serie de escenarios adicionales. Algunas de las claves se describen a continuación.
Un escenario en el que es necesario más energía para respaldar el crecimiento económico que permita una mejora de posición económica y social de miles de millones de personas. “Escenario More Energy”
Hay un fuerte vínculo entre el progreso humano y el consumo de energía; el Índice de Desarrollo Humano de la ONU sugiere que el incremento del consumo de energía de hasta 100 gigajulios (GJ) por persona está asociado a un aumento sustancial del bienestar y el desarrollo humano. Hoy en día, alrededor del 80% de la población mundial vive en países donde el consumo medio de energía es inferior a 100 GJ por habitante.
Para reducir ese número a un tercio de la población para el año 2040, el mundo requeriría alrededor de un 65% más de energía que hoy o un 25% más de energía de la prevista en el escenario base, este 25% adicional supone el equivalente al consumo total de energía de China en 2017.
En este escenario el informe bp Energy Outlook también destaca la necesidad de acciones adicionales para reducir las emisiones de carbono; de nuevo el doble desafío al que se enfrenta el mundo: proporcionar más energía con menos emisiones.
El Outlook también explora otro escenario de transición incluso más rápida, escenario “Rapid transition”, en el que se incorporan todas las medidas políticas necesarias para reducir emisiones en todos los sectores:
Al hacerlo, se produce una disminución de alrededor del 45% en las emisiones de carbono para el año 2040 en relación con los niveles actuales, que está en línea con lo que otros estudios afirman que sería necesario para alcanzar los compromisos de París.
Esta caída refleja una combinación de mejoras en la eficiencia energética, un cambio a combustibles bajos en carbono, la utilización de CCUS (Carbon Capture, Utilization, and Storage), y, de particular importancia en el sector eléctrico, un aumento significativo en el precio del carbono.
El sector eléctrico es actualmente la mayor fuente de emisiones de carbono en el uso de la energía y, por lo tanto, es fundamental que el mundo continúe buscando formas de reducir las emisiones de este sector. En comparación, las reducciones en las emisiones de carbono de la industria del transporte en todos los escenarios hasta 2040 son relativamente pequeñas.
Incluso en el escenario de transición rápida, un nivel significativo de emisiones de carbono se mantiene en 2040. Para cumplir los objetivos del acuerdo de París, las emisiones de carbono deberían reducirse y compensarse con las emisiones negativas en la segunda mitad del siglo. El bp Energy Outlook de este año observa qué tecnologías y desarrollos pueden jugar un papel central en esta reducción más allá de 2040.
Un desarrollo clave sería una descarbonización casi completa del sector eléctrico; que requiere un mayor uso de energías renovables, CCUS y gas natural; junto con una mayor electrificación de las actividades de consumo final (incluido el transporte). Para aquellos usos finales que no pueden ser electrificados, serán cruciales otras formas de energía baja en carbono, que podrían incluir hidrógeno y bioenergía. Además, se destaca la importancia de la economía circular y una mayor adopción de las técnicas de almacenamiento y eliminación de carbono.
El comercio internacional sostiene el crecimiento económico y permite a los países diversificar sus fuentes de energía.
Por ello en otro posible escenario, llamado de menor globalización , escenario “Less globalization”, el informe explora el posible impacto que la escalada de disputas comerciales podría tener en el sistema energético global.
Este escenario resalta cómo una reducción en la apertura y en el comercio asociado con una escalada en las disputas comerciales podría reducir el PIB mundial y, por lo tanto, la demanda de energía. Además, las crecientes preocupaciones sobre la seguridad de la energía pueden provocar que los países favorezcan la energía producida por ellos, lo que lleva a una fuerte reducción en el comercio de energía. El mayor impacto se produce en los exportadores de energía neta, que sufren una desaceleración importante en el crecimiento de las exportaciones de petróleo y gas.
La única fuente importante de crecimiento de la demanda de petróleo en los próximos 20 años proviene del uso de combustibles con fines distintos a la combustión en la industria, en particular como materia prima para productos petroquímicos, impulsada por el aumento de la producción de plásticos. Sin embargo, el crecimiento de la demanda de este tipo de combustibles en el escenario de evolución de la transición es más lento que en el pasado, lo que refleja que las regulaciones sobre el uso y el reciclaje de plásticos se ajustarán en los próximos 20 años.
Dada la creciente preocupación por el medio ambiente con respecto a los plásticos de usar y tirar, el informe también considera un escenario de prohibición de los plásticos de un solo uso, en el que la regulación de los plásticos se endurece aún más rápidamente, lo que culmina en una prohibición mundial del uso de todos los plásticos de un solo uso de 2040 en adelante.
En este escenario, la demanda de petróleo aumenta más lentamente que en el escenario base (Evolving Transition). Sin embargo, el bp Energy Outlook advierte que el impacto total en el crecimiento de la energía y el medio ambiente dependerá de los materiales alternativos que se puedan usar en lugar de los plásticos de un solo uso. La prohibición de estos podría provocar un incremento en la demanda de energía y en las emisiones de carbono, sin avanzar en materiales alternativos y en el uso generalizado de los sistemas de recolección y reutilización.
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