bp ha presentado esta mañana los resultados del bp Statistical Review of World Energy 2016, el informe mundial sobre los mercados energéticos que elabora anualmente la Compañía. La presentación, que ha tenido lugar en Madrid, ha corrido a cargo de Luis Aires Dupré, presidente de bp España, y ha contado con la intervención de Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía.
El informe Statistical Review 2016 desvela que el consumo energético en España durante 2015 experimentó un cambio de tendencia y ha vuelto a la senda del crecimiento con un alza del 1,7%, frente a las caídas registradas desde 2008 (con la excepción del repunte registrado en 2010). En concreto, el consumo energético fue de 134,4 millones de toneladas de petróleo equivalente, pero aún está lejos de recuperar el récord de 2007 donde se consumieron 158 millones de toneladas de petróleo equivalente.
En cuanto al consumo energético por fuentes de energía, destaca el crecimiento experimentado por el carbón, con un alza del 23,9% respecto a 2014, como consecuencia de la caída del precio internacional de este combustible, el menor precio del CO2 y la situación climatológica, que estuvo marcada por la falta de lluvias -que hizo caer la aportación de la energía hidráulica-, así como la sucesión de anticiclones -que incidieron en una menor aportación de la eólica.
Así, el carbón reemplazó gran parte de la menor aportación de la energía hidráulica, que registró un descenso del 28,8% debido a que 2015, tal como se ha dicho anteriormente, fue un año muy seco y algunos embalses estuvieron a la mitad de su capacidad durante el pasado ejercicio.
En consecuencia, las emisiones de CO2 crecieron un 6,8% en 2015, muy por encima de la media de la UE (1,3%). De hecho, España fue el país de la UE que ha registrado un mayor incremento de sus emisiones por detrás de Portugal y se disputa con Colombia, el séptimo puesto en el ranking mundial, por detrás de Turkmenistán (18,3%), Qatar (13%), Vietnam (11,4%), Filipinas (8,6%), Portugal (7,6%) y Bangladesh (7,1%).
Esta modificación en el consumo ha producido cambios en la configuración del mix energético de España. En 2015, destaca que el petróleo, el gas natural y el carbón han ganado cuota en su aportación a la demanda, mientras que la energía nuclear, la hidroeléctrica y las renovables han perdido peso. Con todo, el mix energético quedó distribuido de la siguiente manera: petróleo (45%), gas natural (18,5%), carbón (10,7%), nuclear (9,6%), hidráulica (4,7%) y renovables (11,5%).
Al igual que en España, el consumo de energía primaria de la UE también dio un giro respecto a su tendencia bajista registrada en los últimos años. En 2014, el consumo se redujo un 3,9% mientras que en 2015 creció un 1,6%, lo que supone su mayor crecimiento desde 2010 y representa el 12,5% del consumo mundial de energía.
Este crecimiento se debió fundamentalmente al aumento del consumo de las energías renovables en la generación de electricidad (+14,9%), al gas natural (+4,6%) y al petróleo (+1,5%) que compensaron las caídas en la energía hidroeléctrica (-9,6%), el carbón (-1,8%) y la energía nuclear (-2,2%).
En este sentido, el mix energético en la Unión Europea está compuesto por petróleo (36,8%), seguido por el gas natural (22,2%) y el carbón (16,1%), energía nuclear (11,9%), hidroeléctrica (4,7%) y renovables (8,3%).
Las energías renovables para generar electricidad aumentaron en 17,7 millones de toneladas de petróleo equivalente* en 2015, lo que supuso el mayor incremento de la historia en la UE. Entre ellas, hay que destacar la energía eólica, con un crecimiento de un 23,5% en 2015 y que representa el 52% de las renovables en la generación de electricidad.
Cabe reseñar que la UE es responsable del 37,7% de la producción mundial de renovables. La intensidad energética (cantidad de energía necesaria por unidad de PIB) cayó un 0,4% en 2015, una cifra muy inferior al -2,1% de media de la última década.
Desde el lado del suministro, la producción de energía primaria de la UE cayó un 0,6% debido a las reducciones del gas natural en un (-8,0%) fundamentalmente por la caída registrada por los Países Bajos, la hidroeléctrica (-9,6%), el carbón (-3,4%), la energía nuclear (-2,2%) y los biocombustibles (-0,6%), lo cual superó a los aumentos de las renovables en la generación de electricidad (+14,9%) y del petróleo (+6,6%) cuya producción aumentó por primera vez desde 2002.
La producción de las refinerías de la UE creció un 5,8% en 2015, muy por encima del promedio de la última década (-1,5%) y del promedio mundial de 2015 (+2,3%). Esto marca el primer incremento de la producción de las refinerías de la UE desde 2005 y el mayor desde 1986.
Las importaciones netas de gas natural de la UE aumentaron un 7,4% gracias al crecimiento de un 9,9% de las importaciones rusas por gasoducto, representando Rusia más del 50% de las importaciones netas por gasoducto de la UE en 2015.
Por último, las emisiones de CO2 de la UE derivadas del uso de la energía crecieron por primera vez desde 2010, un aumento de un 1,3% en 2015 frente a una caída media en la última década del -1,9% a medida que el crecimiento de las emisiones relacionadas con el gas y el petróleo compensaban las caídas de las emisiones del carbón.
A nivel mundial, el informe bp Statistical Review revela un 2015 con una mayor oferta de petróleo derivada de la resiliencia de los recursos no convencionales en EEUU y el incremento de la producción de la OPEP, que ha dejado atrás su papel de estabilizador de los precios para mantener su cuota de mercado. También se ha evidenciado una desaceleración del crecimiento del consumo global energético, un cambio en el mix hacia combustibles con menor contenido en carbono y un incremento de las energías renovables como consecuencia de la reducción de sus costes.
Por el lado del suministro, los avances tecnológicos han aumentado las alternativas y disponibilidad de los diferentes combustibles. La revolución de los recursos no convencionales en EEUU ha abierto enormes posibilidades, mientras que el avance de la tecnología ha impulsado el crecimiento de las energías renovables a menores costes.
La producción mundial de petróleo creció aún más rápidamente que su consumo por segundo año consecutivo, aumentando en 2,8 millones de barriles por día, su mayor crecimiento desde 2004.
Este crecimiento del 3,2% se debió principalmente al comportamiento registrado por algunos productores de petróleo en Oriente Medio, que decidieron mantener al máximo su producción para evitar una pérdida de cuota de mercado a pesar de la caída de precios del petróleo. Destaca la mayor producción de Irak, que aumentó en 750.000 barriles diarios y la de Arabia Saudí que lo hizo con 510.000 barriles diarios, lo que supone un crecimiento récord e impulsó la producción de la OPEP en 1,6 millones de barriles diarios, hasta los 38,2 millones, superando el récord anterior que se alcanzó en 2012.
La producción fuera de la OPEP redujo el crecimiento sin precedentes alcanzado el pasado año, pero aun así creció en 1,3 millones de barriles.
En EEUU el efecto de la caída de precios del petróleo se dejó sentir en el número de pozos en operación, el cual se redujo en torno a dos tercios a finales del año pasado, respecto a los 1.600 existentes en octubre de 2014. Pero un gran aumento en la productividad de los que se mantuvieron operativos, provocó que EEUU registrara el mayor incremento de crecimiento anual del mundo (+1 millón de barriles de petróleo) y siguiera siendo el mayor productor mundial de petróleo.
A pesar del incremento de los precios del crudo a principios del año 2015, como consecuencia de una reanimación del consumo mundial y de un inicio de caída en la producción de EEUU, el elevado crecimiento de la producción de la OPEP, concretamente en Irak y Arabia Saudí, generó un exceso de suministro que conllevó fuertes caídas de los precios a lo largo del ejercicio. En definitiva, el precio del crudo continuó descendiendo el año pasado y registró el mayor porcentaje de caída desde 1986 lo que provocó un aumento del su consumo mundial.
En concreto, la demanda de petróleo creció en 1,9 millones de barriles por día, un 1,9% más, casi el doble del promedio histórico reciente y significativamente por encima de la de 2014. De esta forma, el petróleo ganó cuota de mercado por primera vez desde 1999 y representó el 32,9% del consumo mundial.
Junto al petróleo destaca también el aumento de la demanda de gas natural, un 1,7%, lo que supuso una importante aceleración con respecto al débil crecimiento (+0,6%) experimentado en 2014, pero aún por debajo del promedio de la última década del 2,3%. A este crecimiento contribuyeron dentro de las economías emergentes, Irán (+6,2%) y China (+4,7%), que registraron los mayores incrementos del consumo, mientras que Rusia (-5%) y Ucrania (-21,8%) experimentaron las caídas más significativas. Entre los países miembros de la OCDE fue EEUU (+3%) el que experimentó el mayor aumento del crecimiento, en tanto que el consumo de la UE (+4,6%) se recuperó tras un largo declive en 2014.
En cuanto a la producción de gas natural, ésta creció un 2,2%, siendo EEUU (+5,4%), Irán (+5,7%) y Noruega (+7,7%) los países que registraron un mayor crecimiento. En la UE sin embargo la producción se redujo considerablemente, siendo los Países Bajos los que registraron la mayor caída del mundo (-22,8%).
Es destacable que en 2015 se produjo un cambio en los flujos comerciales del GNL, desplazándose desde los mercados asiáticos hacia Oriente Medio, el Norte de África y Europa. Este cambio ha provocado una convergencia en precios que anuncia sin duda un escenario de mayor integración del mercado del gas natural a nivel mundial.
En cuanto al resto de las fuentes de energía, la producción del carbón cayó un 4% debido principalmente a la caída en EEUU, Indonesia y China. También lo hizo su demanda, que experimentó su mayor caída de la historia (-1,8%) y fue el único combustible que perdió cuota de mercado en 2015 cayendo hasta constituir un 29,2% del mix energético. Esta disminución se debió a la caída del consumo en EEUU y China, aunque en este país sigue siendo el combustible dominante y representa el 64% del consumo de energía.
La producción mundial de energía nuclear creció un 1,3% y también lo hizo la producción de energía hidroeléctrica en un 1%, siendo China el mayor productor del mundo.
Por su parte, las energías renovables representaron el 6,7% de la generación mundial de electricidad, dato muy relevante si lo comparamos con el 2% de hace una década, siendo China y Alemania los países que registraron los mayores incrementos de energías renovables para generar electricidad.
Con ello, el mix energético a nivel mundial quedó configurado en el 2015 como sigue: petróleo (32,9%), carbón (29,2%), gas natural (23,8%), energía hidroeléctrica (6,8%), nuclear (4,4%) y renovables (2,8%). Es destacable el crecimiento del consumo de energías renovables (eólica, solar y biocombustibles) en 2015 que experimentó un incremento del 15,2% respecto al año anterior.
En conjunto, la demanda mundial de energía primaria creció sólo un 1%. Este aumento es significativamente inferior al promedio de los últimos 10 años, lo que refleja la continua debilidad en la economía global y un menor crecimiento del consumo energético en China que aumentó solo un 1,5% en 2015, la tasa más baja en casi 20 años, como consecuencia de la transformación de una economía industrial a una basada en los servicios. Aun así, el gigante asiático continuó siendo el mercado de mayor crecimiento del mundo para la energía por décimo quinto año consecutivo.
En cuanto a las emisiones de dióxido de carbono derivadas del consumo mundial de energía, es destacable su lento crecimiento, de tan sólo un 0,1%, la menor tasa desde 1992, debido fundamentalmente a un crecimiento más lento de la demanda de energía, y a un cambio del mix energético en detrimento del carbón. Este dato alentador representa el aumento más lento de las emisiones en un cuarto de siglo.
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