La refinería de Castellón no ha dejado de evolucionar desde su puesta en marcha en la década de 1960. Lo ha hecho siguiendo el compromiso de bp por cumplir con los estándares económicos, industriales y medioambientales de cada época.
Tras décadas mejorando el almacenamiento, el break even, la accesibilidad y otras cuestiones técnicas, hoy las inversiones ya no apuntan solo hacia la mejora productiva, sino también hacia la eficiencia y las reducciones de emisiones acordes a la estrategia bp net zero.
La refinería de Castellón cuenta con una disponibilidad de planta superior al 98%, una capacidad productiva que supera los 6 millones de toneladas de crudo anuales / 110.000 barriles diarios y un consumo de energía que rebaja en 15 puntos porcentuales lo observado en instalaciones homólogas. Pero nada de ello es casual.
bp ha invertido 1.200 millones de euros en los últimos 15 años para conseguir que la refinería estuviera a la altura de las exigencias normativas y los requisitos industriales más exigentes. La planta ha crecido y, sobre todo, se ha modernizado.
Es una tendencia que se mantendrá de aquí a 2050 para convertir al icono de prosperidad de Castellón en uno de los principales motores de la neutralidad de carbono con la que bp quiere contribuir a la transición energética mundial.
1991 no solo fue el año en el que nos hicimos con el control de la refinería de Castellón. Ese hito marcó el inicio del despliegue de una filosofía de mejora tecnológica permanente. Por eso no habría que esperar ni dos décadas para ver las primeras inversiones de calado en las instalaciones.
Esta instalación facilitó la reducción de los excedentes de fuelóleo pesado de bajo valor, transformándolos en hidrocarburos de la automoción como el diésel y en coque, recurso de gran valor para la industria cementera.
Con ello se logró aumentar la producción de gasoil en hasta 750 millones de litros anuales, llevando a este producto a ocupar un 54% de toda la producción. También supuso un incremento del 20% de la plantilla fija y la creación de 1.000 puestos de trabajo directos e indirectos durante el tiempo que duró la ejecución.
Hasta finales de 2012 la carga de todos los barcos se hacía en una isla artificial situada frente a la refinería de Castellón a la que llegaban 7 tuberías marítimas desde la refinería.
Los barcos ya no tendrían que depender de las condiciones meteorológicas para realizar sus cargas.
Los nuevos puntos de atraque no solo permitieron mejorar la disponibilidad operativa de la planta y la seguridad marítima de las operaciones, sino que además amplió el límite de carga de los barcos hasta las 115.000 toneladas.
La dársena está operativa las 24 horas del día, reduciendo hoy las posibilidades de ineficiencias o pérdidas económicas por demoras. Esto ha reflejado hitos de fiabilidad reconocidos nacionalmente.
Además posibilita el intercambio de productos de forma simultánea a las operaciones de carga. La isla, por su parte, está inhabilitada desde hace una década, y mantiene una concesión previa a su desmantelamiento hasta 2027.
En 2014 la refinería de Castellón reforzó una de sus ramas de negocio por entonces menos relevante: transporte y venta de propileno. Hasta dicho año las operaciones con el gas se hacían mediante camiones que entraban y salían del puerto transportando el material.
bp invirtió 18,6 millones de euros para construir una nueva esfera de propileno capaz de almacenar hasta 6.000 m3 de este gas. La instalación, conectada mediante tuberías a la dársena sur construida en 2012, permite ahora cargar el propileno en barcos.
Con ello se ha eliminado la logística por carretera que tantos riesgos implicaba. A los susceptibles camiones cisterna ocasionalmente víctimas de vertidos, les sustituyeron unos barcos que acarreaban muchos menos costes y reducían los tiempos y la seguridad de cara al comercio internacional.
Casi una década después de estrenar la unidad de coquización llegó a la refinería de Castellón el almacén de coque. En 2016 bp invirtió 14 millones de euros para construir esta nueva ampliación que, a partir de 2017 facilitó el almacenamiento de hasta 50.000 toneladas de material.
Con una superficie de 15.800 m2, la instalación es un gran soporte de seguridad, comodidad y sostenibilidad para toda la planta. Hace posible la segregación de 18 calidades distintas de coque, elimina la contaminación por aire de partículas de polvo y reduce costes de transporte.
En 2016 bp dio luz verde al proyecto más arriesgado y complejo de toda la historia de la refinería de Castellón. Invirtió 100 millones de euros para construir una nueva torre de vacío que permitiera optimizar la recuperación de destilados (diésel y gasoil de vacío) y aumentar la utilización en las unidades de Vacío y Coker.
El riesgo de este proyecto radicaba en la necesidad de erigir la nueva unidad sobre la antigua todavía en funcionamiento. Se hubo de ejecutar una innovadora y pionera construcción modular para sortear ese hándicap, así como lidiar con la parada de mantenimiento programada para el año 2017.
En 2020 bp anunció su nueva ambición, con la que nos comprometemos a alcanzar la neutralidad de carbono de aquí a 2050. En esa estrategia, que ya tiene avances importantes programados de cara a 2030, la refinería de Castellón ocupa un papel fundamental.
La planta formará parte del primer hub de energía limpia de España y el tercero de la compañía tras Houston y Aberdeen, que ya se proyecta en colaboración con la Comunidad Valenciana. Esto supone orientar hacia las instalaciones del puerto las inversiones más importantes que ejecutará bp en las dos próximas décadas.
En 2023 bp dio un paso importante en sus planes con la presentación de HyVal. El Clúster del hidrógeno de la Comunidad Valenciana es una iniciativa que busca impulsar y favorecer el desarrollo de la economía del hidrógeno renovable y contribuir a la transición energética de la región por medio de la colaboración tanto pública como privada.
El objetivo pasa por desarrollar hasta 200 MW de capacidad de electrólisis de aquí a 2030 para la producción de hidrógeno renovable, contribuyendo a descarbonizar las operaciones de bp y las de los clientes. También contempla triplicar la producción de biocombustibles en la refinería para satisfacer la creciente demanda de SAF.
Inversiones aparte, en la refinería de Castellón destacamos por ser un centro de referencia a nivel de seguridad, con una política de cero accidentes, excelencia operacional y total protección al medioambiente.
Prueba de ello son los 1,2 millones de euros invertidos en la refinería de Castellón durante el año 2021. La distribución de las inversiones quedó de la siguiente manera: